Otra vez e inadvertidamente estoy pensando en ti a pesar de que siempre lo hago, a pesar de que siempre estás conmigo. Una vez más me lleno de recuerdos que me son difícil distinguir; sé que habías estado aquí, sé que aún tengo que sentir. Repito en mi cabeza promesas vacías que un día soñé, las comparto con mi aliento y las destrozo con lo que siento. En tus ojos muchas veces vi reflejado algo que nunca seré; tal vez mentí porque quería estar contigo, tal vez mentí porque siempre así había sido. Existen cientos de cosas que no puedo dejar de ser, la que ahora está más ausente es la que estuvo aquí cuando logré verte. Cada vez me cuesta más trabajo escribir algo que suene original, será que todo ya lo he dicho, más bien es que no lo puedo expresar de una manera que tenga sentido para todos los demás.
Las palabras dejan de tener sentido cuando las repites tanto que las dejas de escuchar; muy pocas veces me han dañado tanto como aquella vez que dije “Te Quiero” y tuve un silencio para acompañar, a pesar de que por dentro sabía lo que querías gritar. No hay nada más difícil que decir “Adiós” cuando lo que quieres es decir “Te Amo”, yo lo hice y requerí la fuerza de una sonrisa falsa con ojos testigos y oídos ajenos dispuestos a escuchar. Ayer soñé que cuando caminaba dejaba una estela que solo tú podías mirar, soñé que detrás de ella llegabas para ya nunca irte y así estar juntos hasta el final. Al corto tiempo y de manera casi imperceptible sin ti despierto, y aquí me tienes añorando un vivido recuerdo de un momento que nunca será.
