Existen tantas cosas que quisiera cambiar de ti, si tuviese el poder de hacerlo lograría convertirte en algo mucho más bello de lo que ya eres; me embarque en el fútil intento de hacer una lista y ponerla en perspectiva, definir que poner primero y que poner después, decidir que es importante y que no tiene que estar ahí; tengo que advertirte que termine con una lista de 3973 ítems que debía reducir lo más posible -no puede ser que tantas cosas en una sola persona se deban cambiar-. Conseguí reducir la lista a este pedazo de papel, me gustaría que primero entiendas que fue un largo proceso de ensayo y error, un interminable pasadizo con curvas y vueltas, pero fue un viaje tan hermoso que sin pensarlo volvería a repetir cualquier día de mi vida.
Te quiero decir que primero cambiaría todas tus lágrimas por lágrimas mías, no permitiría que tu corazón se hubiese roto ni que tus ojos de aceituna se hubieran quebrado como la luz dispersa que no se logra definir, luz de bronce y oro que se sume en el profundo lago de algo que no tengo ni como describir.
También cambiaría esa sonrisa tuya, no puedo creer lo que voy a decir, pero tu sonrisa no la puedo soportar; es como un prisma intermitente, como un pulsar que gira 2 veces por segundo, yo quisiera fuese ininterrumpida, como el caudal de un fuerte río que nada lo detiene, que pasa por laderas y rompe piedras por donde va, abre brechas y desemboca en el mar de mis sueños lugar que es tuyo y nadie te podrá quitar.
No puedo dejar pasar el atributo del que lograste primero me enfadara, esa obsesión tuya de ser mas hermosa que las demás, ya no puedo dejar que lo sigas intentando. Jamás serás mas hermosa que esa mujer al otro del espejo, ella es perfecta y no la puedes superar; tú bien sabes lo fácil que fue para mi quererla como la quiero, y ni tú ni nadie harán que la deje de amar.
Debo hacer una pausa para decirte que muchas de estas cosas yo se que ni siquiera las debería mencionar; es imposible que todas estas cosas las logres mejorar; tampoco pretendo ser tu redentor, ni quiero ser el que te salve de tus demonios internos; pero quiero que quede claro que voy estar contigo lo largo de tu camino, porque ya es nuestro destino estar unidos todo este tiempo, y tal vez un poco más.
El siguiente es un pensamiento que quería dejar pasar, estoy seguro no lo debiera mencionar; es complicado para mí decirlo pero si quiero ser sincero no debo dejar nada dentro de mí; y es que cuando estas cerca de mí, ya sea en las mañanas o en las noches o en esas tardes interminables, ya sea a distancia o dándome un abrazo, cuando platico contigo y no estas a mi lado, en mis sueños mas secretos o en mis palabras que todos leen, siempre tengo un “te quiero” y un “te amo” deseosos de que les escuches. Intento muchas veces con todas las fuerzas no sacarlos, pero son mas fuertes que yo, y debo decirlos, aunque se que esta mal; ambos estamos de acuerdo que esta obsesión nuestra aunque sea tan bella siempre la vamos a exteriorizar, pero solo si nadie la entiende, solo cuando nadie la logre interpretar.
Algo que no tiene vuelta atrás, es que debes olvidarte de que yo no te vaya a regañar; debo ser enfático en que si te amo debes entender que no quiero que te hagas daño. Y si el sermón no te gusta tendrás que aguantarlo porque dentro de todos ellos leerás que te quiero, en todos ellos detrás escondido, en palabras que solo yo podré decirte encontraras algo que solo tú podrás descifrar.
Por ser como soy quiero advertirte que intentaré cada segundo no decepcionarte; pero estoy seguro que de algún modo en algún momento voy a hacerlo, y ese instante romperé mi corazón en mil pedazos y lo tendré que pegar otra vez, y de algún modo te convenceré que no lo volveré a hacer, y estoy convencido de que lo volveré a hacer, pero espero estar contigo para abrazarte, no como hoy, sino como nunca.
Y ya por último quiero hacerte saber que quisiera obtener algo imposible de alcanzar, algo que daría cualquier cosa poder lograr, intentaré hacer ese milagro a pesar de que la continuidad del espacio-tiempo tenga que quebrar; lograré renacer en otro momento solo un instante antes de que tú hayas renacido y te juro estaremos juntos, como siempre debió haber sido.
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