sábado, 30 de octubre de 2010

Nada

Ya no tengo nada tuyo, pude percibir como se desintegraba el último lazo que acabas de romper; algo me decía que pasaría, de algún modo no podía creer que aún existía. Ya no tengo nada tuyo, solo tengo tus recuerdos y cientos de líneas escritas dirigidas hacia mí. Ya no tengo nada tuyo, solo la endeble esperanza de que no vas a olvidarme, una solitaria quimera de que volveré a encontrarte aunque nada exista, aunque no sea posible. Ya no tengo nada tuyo, ¡nada!

Tú al contrario tienes todo aquello que puedo llamar mío: mi primer suspiro y mi último y más reciente anhelo, mi intuición y mi raciocinio aunque son inexactos y perturbados, son tuyos ya que tú controlas su destino. Tú decides mi futuro con acciones tan simples que la mayor parte del tiempo no puedes percibir que lo has hecho, un simple movimiento de tus dedos destruye mi mundo y me convierte en presa de un recuerdo.

Ya no tengo nada tuyo; es duro darse cuenta que lo que más quieres se te ha ido. Ya no tengo nada tuyo; no sé porque lo niego si en realidad sé que nunca tuve nada tuyo; me diste migajas y yo las convertí en promesas, me diste una mirada y yo la convertí en amor, me dijiste que te irías y yo lo transforme en realidades en la otra vida. Hoy solo espero que me pidas que me aleje, aunque en cierto modo ya lo hiciste sigo esperando a que lo confirmes; que triste haberte perdido justo antes o al mismo tiempo en que me di cuenta que nunca te había tenido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario